Hoy en Farmacia Casariego, queremos despejar cualquier confusión que puedas tener a la hora de elegir un fotoprotector. Vamos a guiarte por el laberinto de siglas que definen la eficacia de estos productos.
¡Basta de malentendidos! Te ofrecemos esta guía completa para garantizar el cuidado óptimo de tu piel este verano.
IR-A: Estas iniciales representan la protección que ofrece el producto contra la radiación infrarroja A. Este tipo de protección ayuda a minimizar la sensación de calor causada por el sol, siendo especialmente útil para las pieles sensibles.
SPF: Por sus siglas en inglés, Sun Protection Factor, o Factor de Protección Solar. Indica el nivel de protección que el producto proporciona contra la radiación UVB. Los productos de protección solar se categorizan en 4 niveles de SPF: Bajo (de 6 a 10), Moderado (de 15 a 25), Alto (de 30 a 50) y Muy Alto (50+).
UVA: La protección UVA debe ser al menos 1/3 de la protección UVB. Es esencial que el fotoprotector que elijas tenga el símbolo UVA, lo cual garantiza que ofrece protección contra este tipo de radiaciones.
UVB: Este tipo de radiación puede ser bastante peligrosa aunque no penetre hasta la dermis. Es responsable de las quemaduras solares, las reacciones alérgicas, el bronceado y, también, del cáncer de piel. Apenas el 5% de la radiación ultravioleta que recibimos es UVB.
Waterproof: Esta etiqueta en un fotoprotector indica que el producto mantiene al menos el 70% de su factor de protección tras 4 inmersiones de aproximadamente 20 minutos cada una. En resumen, hasta 80 minutos en el agua.
PAO: ¿Has notado el símbolo de un tarro con la tapa entreabierta en tu fotoprotector? Este símbolo representa el Periodo Después de la Apertura (PAO). Se trata del tiempo durante el cual puedes usar el producto de manera segura tras abrirlo por primera vez.
Sweatproof: Aunque menos común, algunos productos, especialmente aquellos formulados para usar durante actividades deportivas, incluyen esta etiqueta en su envase para indicar su resistencia al sudor.
Rubproof: Este término se refiere a la resistencia del producto al roce o a la fricción. Es un atributo esencial para los fotoprotectores destinados a los más pequeños de la casa, que constantemente están en contacto con la arena, las toallas y los juguetes de playa.
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