"El bronceado es saludable. FALSO."
Adquirir un color bronceado en nuestra piel después de la exposición al sol no es un signo de salud. En realidad, es una reacción defensiva de nuestra piel ante la radiación ultravioleta (UV).
La mejor manera de disfrutar del sol y obtener sus beneficios, como la vitamina D, es limitando la exposición solar a entre 10 y 30 minutos al día, dependiendo de tu fototipo de piel.
"No necesito protector solar si el día está nublado. FALSO."
La verdad es que deberíamos usar protección solar todos los días del año, independientemente de si hace calor o frío, esté despejado o nublado.
La radiación solar puede ser tan dañina para nuestra piel en invierno o en días nublados como en pleno verano.
"La crema solar que no utilicé el año pasado aún puede usarse. FALSO."
Como cualquier otro producto cosmético, la crema solar tiene una fecha de caducidad, que se indica en su envase. Generalmente, deben desecharse después de 12 meses desde su apertura.
¿Por qué es necesario hacerlo? La respuesta es sencilla: con el paso del tiempo, la efectividad y la protección que la crema ofrece contra los rayos UV disminuyen, por lo que su eficacia no será la misma.
"Debo esperar 30 minutos para que el protector solar funcione. FALSO."
Se aconseja aplicar el protector solar 30 minutos antes de la exposición al sol para garantizar su correcta absorción, pero en realidad la fotoprotección comienza a trabajar desde el primer minuto. No obstante, es crucial recordar que se debe reaplicar el protector solar cada dos horas.
"Puedo combinar mi maquillaje o crema hidratante con protector solar sin problemas. FALSO."
En realidad, es crucial dejar un espacio de unos minutos entre la aplicación de los diferentes productos. Esto permite que cada uno de ellos penetre eficazmente en la piel y ejerza su acción sin interferencias.
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