Hasta hace bien poco la palabra grasa no podíamos ni escucharla, existía cierta fobia y al no conocer toda la historia la gente juzgaba mal todo tipo de alimentos. Pero por suerte según paso el tiempo y la información fue llegando, descubrimos que no todas las grasas son malas para nuestro organismo e incluso hay algunas que son necesarias. Hoy quería hablaros un poco del aceite, este recurso que tanto utilizamos en la cocina española y que nunca sabemos muy bien cual es mejor, peor o simplemente en que medida consumirlo. Nosotros utilizamos tanto el aceite de oliva como el aceite de girasol, ambos ricos en vitamina E. Mientras que en el de oliva predominan los ácidos grasos monosaturados, en el de girasol lo hacen los polisaturados. Estos últimos son más sencillos de echar a perder si nos pasamos de temperatura, haciendo el aceite de oliva más saludable en este aspecto. Además el aceite de oliva contiene otras muchas propiedades y compuestos activos como pueden ser los polifenoles que nos protegen frente a enfermedades cardiovasculares y diabetes. En cuanto a la diferencia entre el aceite de oliva virgen y el virgen extra, únicamente se debe a que el segundo tiene menos acidez y por lo tanto es más apetecible y sabroso tanto en crudo como para cocinar o freír. Ya sabéis que contamos con un servicio de 👉dietética en la farmacia, para el que podéis pedir cita cuando queráis y que os ayudará a controlar la alimentación.
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